Y ha sido un salto tras otro, y precisamente entre tanto no podía faltar la hermosa capital de Austria. Todo comenzó saliendo en autobús desde Budapest a tan sólo 2 horas 40 minutos, en este caso viajamos con la gente de Flixbus, excelente servicio como siempre. Aunque un pequeño inconveniente nos hizo pasar un mal rato y es que compré (sip gaby) mal los boletos, es decir, los compré para fecha de un mes despues y el susto fue terrible ya que el chofer del autobus hablaba cero inglés y el Alemán para nosotros si es cero, lo que pudo decir fue «sorry» y tocó bajar las mochilas y comprar de nuevo los pasajes. Lo bueno es que el dinero quedó a modo de cupón y pudimos usarlo en otro pasaje luego.
Bueno, ya en Viena nos fuimos a nuestro alojamiento, por cierto otro susto porque quedaba a las afueras de la ciudad y teníamos que agarrar un tren para llegar, y nos quedamos sin batería en los teléfonos ¡Los dos! y en la estación de metro y trenes de Viena no hay personas que te indiquen nada, toda la información está en las pantallas y en unas carteleras, fue muy complicado de entender, ya después de un rato un chico nos vio la cara de susto y nos ayudó. Ya en el tren de super lujo, muy cómodo, hasta tenía baño, pudimos cargar nuestros celulares y contactar a nuestro anfitrión en Airbnb (¡Hey! hay un regalo para ti que lees esto en ese link). Ya instalados a descansar.
Nos quedamos en la localidad de Brunn am Gebirge, a las afueras de la ciudad de Viena, aproximadamente a 20 minutos en tren, un pueblo muy bonito y tranquilo y que además cuenta con el Castillo de Liechtenstein al que puedes ir a visitar.

¿A donde ir en la ciudad de Viena?
¡A donde no ir! La ciudad es hermosa, tanto que resultó ser abrumadora. Vale por completo la pena caminar como perdido y meterte en sus calles y su historia. Como ya te hemos contado no somos de entrar mucho a museos, no somos muy fanáticos de ello, nos gusta mas ver los edificios, la calle, la gente. Puedes visitar desde el famoso Palacio de Belvedere y sus lindos jardínes, el edificio de la Opera Estatal de Viena (y por que no, si tienes suerte entrar a alguna de sus maravillosas obras) y llegar hasta el colorido y abstracto Hundertwasserhaus.
Eso si te recomendamos un par de sitios que deben ser un MUST en tu viaje a Viena. El primero es la Biblioteca Nacional de Viena, un lugar increíble para visitar y conocer, evidentemente no puedes tocar los libros, pero la energía del sitio es realmente especial. La entrada cuesta 8 euros por persona y podrás acceder a la gran sala de gala y ver todo su esplendor.
Y si te gustan los postres como a nosotros, te recomendamos pasar por el famoso café Demel, super lindo, y tienen unos postres excelentes. Eso sí habrá fila, así que paciencia que vale la pena por completo la espera.
Definitivamente, y aunque no te contamos mucho más, Viena es un lugar que vale la pena visitar y caminar. Verás sitios hermosos y podrás tomar unas fotos excelentes. No te arrepentirás.